Lorquí ya tiene quién se encargue de rehabilitar la Casa de la Cierva. Este palacete de finales del siglo XIX llegó a ser un motor económico dentro del municipio a través de su utilización como fábrica conservera, aunque en estos momentos se encontraba descuidado, por lo que será la constructora Gruexma la responsable de poner a punto este enclave.
En concreto, la empresa con sede en Las Torres ha sido la seleccionada para llevar a cabo los trabajos de restauración al resultar vencedora de la licitación puesta en marcha por el Ayuntamiento, por lo que recibirá un total de 3,4 millones de euros.
Así, fue la mejor posicionada en un proceso que ha tenido cinco propuestas, aunque una de ellas quedó excluida por un error en la presentación. Dentro del procedimiento, las diferencias en el precio fueron claves para el triunfo de Gruexma, pues ha sido este valor el que ha permitido a la firma torreña imponerse a sus competidores.
En total, las obras durarán 10 meses, aunque dado que aún no ha sido formalizado el contrato aún no se ha establecido una fecha de inicio de los trabajos.
La actuación a realizar consiste principalmente en la rehabilitación del edificio mediante la reorganización de los espacios, lo que inlcuye el cambio e inclusión de nuevas instalaciones de fontanería, saneamiento, climatización, accesibilidad y telecomunicaciones, así como la mejora de la eficiencia energética y la puesta en valor de la envolvente del edificio, tal y como rezan los pliegos.
El Palacete de la Cierva, junto con las naves anexas, conformaron durante el final del siglo XIX y los dos primeros tercios del XX un motor económico dentro del municipio, a través de su utilización como fábrica conservera. Este edificio, posee un fuerte carácter etnográfico y emocional en los habitantes de Lorquí, puesto que, durante su funcionamiento, prácticamente la totalidad del municipio trabajó en sus instalaciones en un momento u otro o alguno de sus familiares fue trabajador de la “fabrica”, tal y como explica el Ayuntamiento.
Por otro lado, el entorno en el que se localiza, próximo a la Noria del Tío Rapao, lo vincula a la vez que potencia el paisaje de huerta tradicional tan característico del municipio. Se trata de un conjunto de edificios en los que destaca el propio palacete, antigua residencia del propietario, a la que se le adosan tres de las numerosas naves con las que en su día contaba el complejo. Como elementos destacables, el conjunto cuenta con dos chimeneas de ladrillo que hacen patente el pasado industrial de la zona.
Desde su abandono a finales del siglo XX y su posterior cesión al Ayuntamiento como zona de equipamientos a raíz de la elaboración de un Plan Parcial en los terrenos en los que se localiza, el edificio se encuentra sin uso, sufriendo la pérdida de elementos diferenciadores y característicos de su arquitectura, como la cerrajería o elementos decorativos, además de manifestar problemas de estanqueidad en las cubiertas y daños en algunos de sus elementos estructurales.
Para garantizar su supervivencia, se hace imprescindible dotar al edificio de un uso compatible con el entorno en el que se localiza y que ponga en valor la huerta tradicional además de fomentar el conocimiento de la historia de Lorquí, implementando a su vez las nuevas tecnologías y creando nuevos espacios destinados a la innovación y el desarrollo local del municipio. Esta circunstancia hace necesaria una rehabilitación integral del mismo para adaptarlo a la normativa actual tanto en materia de eficiencia energética como de accesibilidad y utilización.